¿Has sentido alguna vez que todo arde? ¿Has sentido que no puedes más? ¿Te has preguntado alguna vez por qué a ti? ¿Te has sentido en una cárcel sin salida?
En muchas ocasiones nos encontramos con situaciones que son difíciles de gestionar o representan grandes retos para nuestra Vida.
Mi abogado, ha tenido muchas experiencias para poder llamarme «Ave Phoenix» y en cada una de ellas siempre me ha transmitido su curiosidad y su sorpresa por mi forma de estar ante las dificultades preguntándome ¿Cómo lo haces? Pregunta que solo he sabido contestar en este momento.
Lo primero para convertirte en Ave PHoenix es estar cerca de alguién que esté muy entrenado a llevar fuego, y le gusta enviar chispas explosivas en la comunicación . Si te crees invencible a las llamas y te acercas al portador, te conviene seguir leyendo este artículo para tener recursos para resurgir.
Hay personas que tanto en su vida profesional, personal incluso familiar, dejan que todo llegue a su límite, incluso que arda para así aparecer como bomberos salvadores de la situación.
Dejan que todo se destruya para luego aparecer como los salvadores, los mártires que consiguen apagar el fuego. La Intención positiva pueden ser muchas: búsqueda de reconocimiento, reforzar la determinación, búsqueda de la razón, sobresalir ante los demás…
Es solo una forma de actuar. Con resultados catastróficos y un coste desorbitado en la reconstrucción de lo quemado
¿Se puede recuperar algo? ¿Y cuando el que se quema eres tu? ¿Cómo resurgir de tus propias cenizas? ¿Eres tú el portador de las chispas? ¿Quieres hacer otras cosas para dejar de destruir?
Tanto si eres el portador, como el que se quema, sigue leyendo. Es más fácil recomponerte, que una nueva ciudad y si Chicago lo hizo ¿no lo vas a conseguir?
El gran incendio de Chicago duró tres dias de octubre de 1871, destruyéndose 6 kilómetros cuadrados de la ciudad.
En la reconstrucción optaron por recursos innovadores que han hecho de Chicago una de las maravillas arquitectónicas del mundo