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08/11/2019Fortalecer, desarrollar y potenciar el Liderazgo es una aspiración de muchos líderes. ¿Puede el Coaching con PNL apoyar esta aspiración? ¿Es posible ayudar a una persona a desarrollar su liderazgo?
Una cuestión previa: ¿el Líder nace o se hace?
Aunque se trata de una vieja discusión, esta pregunta aparece una y otra vez. Desde nuestra experiencia, necesitamos tener en cuenta algunos elementos para llegar a una conclusión relativamente sólida.
Las personas nacemos con ciertas características físicas y poco a poco vamos mostrando algunas preferencias o aptitudes para determinadas cosas. Pero eso no ha de ser determinante de nada. Un ejemplo nos ayudará.
Si pensamos en el mundo del deporte, lo normal es considerar que las características y condiciones físicas tienen un peso determinante. Si nos centramos en el baloncesto, un requisito prácticamente obligatorio es una estatura superior a la media (de hecho, bastante superior). Con estas ideas previas, podríamos considerar que un hombre de 1,70 m. de altura no reúne las condiciones mínimas de partida.
Si además de pretender jugar al baloncesto, pensamos en que ese hombre juegue en la NBA, quizás empecemos a tratarle de loco. Y si añadimos la posibilidad de participar en un concurso de mates, entonces ya llegamos a la conclusión de que hemos perdido totalmente el sentido de la realidad.
Características de un buen líder
Pues bien, contrariamente a todos esos razonamientos, esa persona existió. Y no sólo llegó a participar dignamente en el concurso de mates de la NBA, sino que lo ganó. Esa persona es Anthony Jerome Webb, conocido como “Spud” Webb. En el año 1986 ganó el concurso, imponiéndose a competidores de una envergadura mucho mayor, como Dominique Wilkins (2,03 m.).
En realidad, el caso de Spud Webb, aun siendo el más espectacular, no es el único. Nate Robinson (1,75 m.) ganó el mismo concurso (en 2006, 2009 y 2010) siendo hasta el momento el único que ha vencido en tres ocasiones.
Con esta introducción, probablemente ya adivinarás una parte de nuestra respuesta: el Líder se hace. Aunque la respuesta completa es: el Líder se puede hacer, a condición de trabajar adecuadamente, consolidando las cualidades que ya estén presentes y cultivando las que aún no estén disponibles.
Y aquí regresamos a una de nuestras primeras frases: todas las personas nacemos con determinadas cualidades y potencialidades. Pero “potencialidad” no equivale a “disponibilidad inmediata”. Y “cualidad” tampoco significa que eso sea útil tal cual.
Tipos de liderazgo
Personas con gran inteligencia (una cualidad) desaprovechan esa cualidad y llevan una vida poco gratificante. Otras personas (como podía haber hecho Spud Webb) se conforman con lo que tienen disponible, renunciando a desarrollar potencialidades que les podrían llevar mucho más allá.
“No hay un solo tipo de líder; hay muchos tipos diferentes”
Lo que también nos dice este ejemplo de Spud Webb es que no hay un único patrón de buen jugador de baloncesto. De la misma manera, podemos reconocer que no hay un único tipo de líder. Gente con estilos de personalidad muy diferente se han mostrado y se muestran como grandes líderes.
Llegados a este punto, la conclusión parece clara: es posible trabajar determinados aspectos de la persona (algunas aptitudes y ciertas actitudes) para mejorar su capacidad de Liderazgo. Con independencia del punto de partida, siempre es posible ir más allá, con la ayuda de programas generales de entrenamiento y con programas de Coaching para Líderes.
¿Cómo trabaja el Coaching para Líderes?
El hecho de que personas muy diferentes pueden ser líderes implica que el punto de partida también lo es: las cualidades y potencialidades de cada persona serán diversos. Por otra parte, el ámbito en el que esa persona va a ejercer su Liderazgo también es diferente en cada caso.
El Coaching para Líderes trabaja desde la más estricta personalización de los objetivos a alcanzar. Con el acompañamiento del coach, el Líder que desea incrementar sus capacidades como tal, define sus objetivos de desarrollo y de mejora. Y define también los indicadores que le dirán si el progreso es adecuado, en velocidad y en dirección.
La diferencia esencial entre un sueño y un objetivo es que éste tiene una fecha de realización. Por ello, el proceso de coaching suele estar acotado en el tiempo (al menos, esa es nuestra recomendación). Otra cosa es lo que podríamos denominar “coaching de mantenimiento”.
Muchas personas, y los Líderes de forma especial, aprecian la posibilidad de tener a mano alguien que les ayude a pensar de forma diferente acerca de su realidad. El coach, como experto en procesos de transición y cambio, puede ejercer ese rol de “ayudar a pensar” . Y ese rol no tiene plazos, es algo que puede ser continuo o esporádico, sin fechas predefinidas.
Coaching para líderes
Volviendo a la forma de trabajar del Coaching para Líderes, retomamos esa idea de “ayudar a pensar”, en este caso centrada en las capacidades a desarrollar y potenciar. El Líder es experto en su trabajo y en su vida, mientras el coach conoce formas de abordar los retos y desafíos. El trabajo del coach consiste en facilitar que el Líder revise su forma de hacer las cosas.
“Muchas veces se trata simplemente de hacer
las mismas cosas de un nuevo modo y no de hacer cosas nuevas”
Potenciar el Liderazgo tiene que ver mucho más con hacer las cosas de una nueva forma que con hacer cosas nuevas. Por ejemplo, quizás el Líder lleva a cabo reuniones de seguimiento con su equipo y probablemente esa sea una buena herramienta de gestión. Sin embargo, tiene dudas acerca de la efectividad de esas reuniones. En el trabajo de coaching para Líderes será necesario revisar el modo en que el Líder convoca y conduce esas reuniones, para descubrir nuevas opciones que, razonablemente, generen mejor resultado.
En resumen, el coaching para Líderes es una forma de trabajar que permite al Líder descubrir nuevas posibilidades en su forma de ejercer el Liderazgo.