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Qué es el estrés

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Hablemos del estrés

¿Qué es el estrés? ¿Cómo se produce? ¿Es siempre perjudicial? Aunque pueda resultar sorprendente, empezaremos diciendo que eso que llamamos estrés es el resultado de un mecanismo que trabaja para nuestra supervivencia. Llevando esto al día a día, nos ayuda a generar el estado de activación necesario para acometer determinadas tareas.

¿Qué es el estrés?

El ser humano está ‘equipado’ para detectar rápidamente los elementos que en una determinada situación pueden entrañar algún peligro potencial. Son una serie de mecanismos que nos ponen en alerta y nos preparan para responder a ello, mediante las pautas de huir, atacar o paralizarnos. En nuestra evolución como especie, estos mecanismos han jugado un papel muy importante para nuestra supervivencia, teniendo en cuenta que, en tanto que animal, el ser humano es bastante débil.

Uno de los temas a considerar, es que nuestras condiciones de seguridad física han evolucionado mucho más rápidamente que nuestra biología. En nuestra época, ya no hay mamuts, tigres ni otros animales salvajes que nos puedan sorprender mientras caminamos por la calle. No obstante, nuestros mecanismos de alerta siguen ahí, siempre operativos.

¿ Cómo se produce el estrés ?

La secuencia “desconocidoèpeligroèestrés” continua funcionando en nosotros, aunque ya no es necesario prepararnos para la lucha física o la huida. Entrar en estado de estrés significa que nuestro organismo ha registrado un conjunto de respuestas automáticas, que incluyen —entre otros aspectos— la hiperventilación o que nuestras glándulas hayan segregado una serie de hormonas que inundan nuestro torrente sanguíneo. Todo ello para tener disponibles esas opciones de respuesta frente al peligro.

Pero no hay peligro físico; casi nunca lo hay. Y toda esa preparación no es utilizada. La energía generada se queda sin consumir. Cuando tu jefe te llama (y no sabes el motivo) quizás se activen todos estos mecanismos. Tú puedes ir a la reunión con el mismo nivel de estrés que tendría uno de nuestros antepasados cuando estaba en el bosque y escuchaba un crujido de ramas. Se supone que tú no vas a esa reunión para pelearte a puñetazos o para salir corriendo a toda velocidad; pero tu cuerpo se prepara como si fuera así. Y esa energía no es consumida, permaneciendo en el organismo. Cuando esto se repite varias veces a lo largo del día, durante muchos días, podemos reconocer su huella en forma de estrés crónico.

¿ Es siempre perjudicial el estrés ?

La respuesta es simple, aunque aclara poco: depende. Es obvio que esos niveles de estrés que hemos descrito más arriba eran innecesarios en situaciones similares a la señalada.

No obstante, hay otra forma de entender el estrés. Lo podemos definir como una forma de activación, que presentar niveles variables de intensidad. Activación que comporta un grado de alerta, necesario para cuidar determinados temas. Veamos un ejemplo.

Si hablamos de activación, de impulso inicial, es obvio que lo necesitamos para pasar de una situación de reposo a una de actividad. Levantarnos de la cama por la mañana, retomar una tarea tras un momento de descanso, requieren de ese impulso. Ahí, los mecanismos del estrés, operando al nivel adecuado, son una ayuda imprescindible.

En cuanto a la alerta, transportar cajas de papel higiénico o cajas con vajillas de porcelana son actividades que requieren un grado de atención muy diferente. Mientras un pequeño descuido, que se traduzca en la caída de una caja de papel, apenas tiene consecuencias, el resultado con la vajilla será funesto. Una pizca de estrés me ayudará a transportar las vajillas con el grado de atención / tensión requerido.

Conclusión sobre el estrés

El estrés no es en sí mismo bueno ni malo. Es el efecto de un mecanismo que forma parte de nuestro bagaje biológico. Será adecuado si la cantidad de estrés coincide con la necesaria; e inadecuado si es poca o es excesiva. Aprender a gestionar nuestro estrés significa mantenerlo bajo mientras no lo necesitemos y permitir que ascienda hasta el nivel necesario cuando nos sirva como recurso.

La realidad de nuestro tiempo es que solemos estar más estresados de lo necesario. Por ello, quizás sea buena cosa empezar por aprender a reducir tu nivel de estrés habitual, si te das cuenta de que es demasiado alto.

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